Aluminio: El alambre de aluminio templado es muy suave y fácil de trabajar, e incluso el que tiene un espesor de 6 mm. (1/4 de pulgada) de diámetro puede doblarse a mano. El aluminio posee un elevado grado de resistencia a la corrosión y, por lo tanto, es ideal para hacer objetos para la cocina.
Latón: Se trata de una aleación o mezcla entre el zinc y el cobre, aunque resulta más duro que este último y, cuando se pule, adquiere un color similar al del oro de 9 kilates. El latón produce manchas de color café claro
Cobre: El alambre de cobre es quizás el más versátil para trabajar, ya que es muy maleable (se puede doblar varias veces en el mismo lugar sin que se rompa), lo que lo hace bastante apropiado para la mayor de los proyectos. Se usa mucho para cables eléctricos y en las casas con cableado viejo puede encontrarse alambre de muy alta calidad. El alambre de cobre con chapa de estaño, de plata y esmalte de color puede encontrarse con los distribuidores de material eléctrico o para hacer collares. Puede pintarse para darle un acabado azul verdoso natural.
Acero: El alambre de acero negro semi templado también es fácil de trabajar y, como se oxida de manera natural, vale la pena aplicar un sellador sobre las piezas ya terminadas y diseñadas para usarse en entornos externos. El tamaño de este alambre se especifica por calibre.
Malla de alambre: Se puede encontrar en un amplio rango de tipos distintos, desde las mallas reticuladas hasta las de aluminio expandidas y la alambrera galvanizada. Las mallas vienen también en una amplia gama de metales diferente, incluido el latón, el acero inoxidable y el cobre.
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